PRÓXIMA PROYECCIÓN DEL CICLO DE CINE DEL ATENEO LA VIEJA IMPRENTA: SIETE AÑOS DE MALA SUERTE

«Siete años de mala suerte». Es el título de la película que se proyectara el próximo lunes 11 de abril.



Título original:  Seven Years Bad Luck. Año: 1921. Duración: 62 min. País:  Estados Unidos. Director:  Max Linder. Guión:  Max Linder. Fotografía:  Charles Van Enger (B&W). Reparto: Max Linder, Alta Allen, Ralph McCullough, Betty K. Peterson, F.B. Crayne, Chance Ward, Hugh Saxon, Thelma Percy, C.E. Anderson. Productora: Max Linder Productions. Género: Comedia | Cine mudo.

Sinopsis: El supersticioso Max rompe un espejo… y a partir de ahí la mala suerte parece acompañarle.

Bienvenidos a la proyección de “Siete años de mala suerte”, de Max Linder  película que ustedes van a tener la “buena suerte” de ver hoy. Perdón por el fácil juego de palabras…una de las obras decisivas del cine cómico de la etapa muda, dentro del ciclo dedicado a este género del llamado “periodo silente”.

Max Línder conforma desde 1910 un personaje atildado, sonriente por lo general, de buena sociedad, mundano, quiere representar al “dandy” o al “calavera” de la “Belle Epoque” parisina, con su vaguería, su cinismo, sus deseos de juerga y “ligue” (“flirtear”, se llamaba entonces), su atracción por las mujeres, el odio o el recelo que despierta entre las madres o los padres de ellas… El sombrero de copa, el habitual chaqué con pantalón rayado, sus botines de marca (que, por cierto, lleva con alzas, dada su baja estatura), su bastón con puño dorado, resultan consustanciales al personaje de Max, que se impone mundialmente. Situación de primerísima figura mundial que no variaría hasta la consolidación de Charles Chaplin…

Mucho se ha hablado de la influencia de Max Linder sobre Chaplin, exagerada en ocasiones por el habitual chovinismo francés. Pero es cierto que, al dedicarle una fotografía, Chaplin escribe: “Al único Max, el maestro, de su alumno, Charles Chaplin”. Pero también es cierto que Chaplin, nunca demasiado generoso en el terreno personal, ni siquiera le cita en su autobiografía… Pero de lo que no cabe duda es de que Chaplin se inspira en Linder al crear el personaje de Charlot, pero justamente para “darle la vuelta”. Si se fijan, donde en Linder hay un sombrero de copa, en Chaplin, un raído bombín; en vez de un atildado chaqué, una chaqueta y un pantalón demasiado anchos y usados; en lugar de unos botines lustrosos, unos viejos zapatos excesivamente grandes; incluso sustituyendo a un sereno bigote, otro que se mueve sin parar… Lo que distancia, en definitiva, a un “gentleman” de un pobre “hombre de la calle”. Charlot es la contrafigura de Max, su contratipo, el total y muy elaborado reverso de un personaje. Lo que conduce a otro tipo de humor distinto, donde los sentimientos vienen a jugar, por ejemplo, un papel plenamente opuesto.

“Siete años de mala suerte” (ya conocen ustedes la superstición que le da título), sin intención de “fastidiarles” la película, vamos a decir que contiene las más típicas, celebradas y mejores características del personaje de Max creado por Linder, ya comentadas anteriormente (aunque la acción se traslade a un contexto norteamericano en lugar de francés), y que para la mayoría es la obra maestra del cómico galo. Solo llamarles la atención sobre la famosa secuencia del espejo, imitada posteriormente en numerosos “sketchs” y diversas películas, entre ellas “Sopa de ganso”, de los Hermanos Marx; el baile con la criada de la novia y las escenas que tienen como escenario la estación del tren . Pero hay muchas más situaciones con las que ustedes van a disfrutar… Porque otro de los signos característicos de Max Linder, además de la creación antes citada de un personaje propio, es la de cultivar como pocos lo que podríamos llamar «humor de situación»; es decir, no el chispazo inmediato de un «gag» aislado, sino el desarrollo de toda una situación que provoca la diversión del espectador. Un paso adelante, por tanto, más elaborado y consciente en el terreno de la comedia cinematográfica.