UN QUIJOTE HELLINERO

Juan Antonio Hidalgo Albert: “Un quijote hellinero”.



El olvido de los que nos han precedido, de los que han hecho posible lo que somos, es uno de los mayores errores y delitos de una humanidad tan dada a no mirar hacia atrás, a no reconocer los logros de las personas. Somos gracias a lo que fueron nuestros padres, a lo que ellos quisieron que fuéramos, pues sólo con darnos la vida ya nos concedieron por obra y gracia de la existencia un destino para poder vivirla… Quede memoria entonces de la huella que entre nosotros dejó un soñador de mundos imposibles, que los fue haciendo posibles en la medida en que se lo permitieron sus fuerzas, la suerte, su voluntad, su perseverancia. Quede el recuerdo para los que viven y vivirán en el futuro gracias a él: el linaje de su sangre. Queden sus sueños para que otros aprendan a soñar como lo hizo él desde que vino al mundo en una ciudad, Hellín, en la que eternamente quedará su esencia, ese mágico espíritu invisible y colectivo de lo que hemos sido y seremos para siempre…

José Antonio Iniesta