FAUSTINO SANZ HERRANZ ESCULTOR DEL CRISTO DE MEDINACELI DE HELLÍN HA FALLECIDO.

El gran imaginero Faustino Sanz Herranz falleció el 28 de julio de 2010, a las 15:30 horas, en Madrid, a los 87 años, tras larga y penosa enfermedad, siendo su cuerpo inhumado el jueves 29 en el Cementerio municipal de la Almudena de Madrid



Faustino Sanz Herranz nació el 21 de mayo de 1923 en Madrid. Estaba casado con Carmen Gómez Veiga. Tenía dos hijos: Carmen y Purificación

Su inquietud artística comienza muy precozmente -a la edad de 12 años- y durante dos años dibuja y modela ininterrumpidamente bajo la dirección de sus maestros D. Manuel Trillo Torija y D. Bernabé de la Calle. Hasta ahora ha seguido tallando en su estudio, sito en la calle García de Paredes numero 24 de Madrid. Allí acudió esta Archicofradía y con Faustino pudimos autentificar la autoria de nuestra imagen y como su señora se emocionaba a volver a ver nuestra imagen de la que ella conservaba fotos realizadas en Hellín en 1947

La vida profesional de Faustino Sanz está enmarcada en dos etapas, la primera, y por comenzar a trabajar a muy temprana edad y de manera autodidacta, estuvo dedicada a realizar las obras encargas por los comercios de arte religioso de Madrid como: Arte Español, La Fortuna, Santarrufina, Flandes, etc. Obras que él no podía firmar, pero claro está, en ellas dejaba su buen oficio. Claro ejemplo de ello es la talla del Cristo de Medinaceli de Hellín, que fue adquirida en el comercio “La Fortuna” propiedad de Teresa Tubau en 1947.

Por trabajo e inquietud forjó un estilo propio, reconocido en el Obispado de Ciudad Real, y de esta manera comenzar su segunda etapa de escultor con un cierto prestigio y no tener que depender de los comercios. Sus trabajos abarcan todos los aspectos religiosos, desde la talla al relieve, presentándolos sin policromar, pasando por los retablos en piedra o maderas nobles y las carrozas o tronos; sin olvidar otras facetas como esculturas figurativas, obras conmemorativas o monumentales; trabajando además con materiales como el marfil, el bronce o el mármol

Sobre su obra resaltar lo dicho por el Excmo. Sr. D. Gratiniano Nieto Gallo en su discurso de Académico electo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dijo: «… FAUSTINO SANZ HERRANZ, a quien se puede considerar como el último gran imaginero de España, quien se enfrenta y resuelve los problemas escultóricos que plantean los «Pasos procesionales», utilizando para ello la misma técnica de la talla directa que utilizaron nuestros «pasionarios» del siglo XVII, con lo que consigue análogos efectos, si bien por su parte ha renunciado a la policromía para que se pueda valorar la materia en toda su autenticidad…»

Su trayectoria escultórica se ha desarrollado inspirándose en los grandes maestros del Siglo de Oro, recogiendo palabras suyas: «La estilística de Alonso Cano, la virilidad de Montañés y la espiritualidad de Salzillo».

Don Faustino Sanz Herranz descanse en Paz a la Luz del Señor y en los brazos de su Madre, él que en vida nos los reveló en madera hecha divinidad ya ha está con ellos.

OS APORTAMOS ADEMÁS LOS DATOS BIBLIOGRAFICOS QUE APARECEN EN EL LIBRO “50 Aniversario. Archicofradía de Ntro P Jesús de Medinaceli, Hellín 1947-1997” y en nuestra web

Estos datos son los que figuran en la Wikipedia, ya que alguien copio-pego. Pero sin reseñar la fuente hellinera

EL ESCULTOR FAUSTINO SANZ HERRANZ

El escultor de nuestra imagen es don Faustino Sanz Herranz, y para que él y su obra sean conocidos en Hellín, le dedicamos estas páginas.

Faustino Sanz Herranz nace el 21 de mayo de 1923 en Madrid. Su inquietud artística comienza muy precozmente -a la edad de 12 años- y durante dos años dibuja y modela ininterrumpidamente bajo la dirección de sus maestros D. Manuel Trillo Torija y D. Bernabé de la Calle. Hoy en día podemos ver como sigue tallando en su estudio, sito en la calle García de Paredes de Madrid.

Su trayectoria escultórica se ha desarrollado inspirándose en los grandes maestros del Siglo de Oro, recogiendo palabras suyas: «La estilística de Alonso Cano, la virilidad de Montañés y la espiritualidad de Salcillo».

Los críticos de arte se pronuncian sobre él en estos términos:
J. Castro de Beraza, en el periódico «La Voz Social», del 7 de abril de 1967 dice:
«La imaginería española tiene en Faustino Sanz Herranz a uno de los más fieles continuadores dentro de esa línea única en la escultura de todos los tiempos que marcan artistas como Gregorio Fernández, Salcillo y Alonso Berruguete».

Josep Maresma i Pedragosa, miembro del ICOM, escribió el 22 de marzo de 1982: «Pero esta es la primera vez que expone en Barcelona, nos muestra su faceta más difícil, la imaginería en talla directa, donde demuestra todo su valor y toda su inspiración, su conocimiento de la figura humana, su verdadera mística, su buen hacer y su sinceridad intrínseca. Dicen que tal vez sea el último imaginero, tal vez el último imaginero de verdadera calidad, el último maestro en imaginería, y tal vez, el último gran escultor plenamente figurativo».

El Excmo. Sr. D. Gratiniano Nieto Gallo en su discurso de Académico electo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, leído en el acto de su recepción pública, el día 2 de junio de 1985 expresa:

«… esta tendencia, que también fue seguida por algunos de los escultores arriba citados y por otros que ya en este siglo se han mantenido vinculados a la más ortodoxa tradición de la estatuaria procesional española, línea que está muy dignamente representada por Benlliure, Capuz, Adsuara, Pérez Comendador, Víctor de los Ríos, Luis Marco Pérez, José Sánchez Lozano, etc, línea que todavía se mantiene viva y operante en FAUSTINO SANZ HERRANZ, a quien se puede considerar como el último gran imaginero de España, quien se enfrenta y resuelve los problemas escultóricos que plantean los «Pasos procesionales», utilizando para ello la misma técnica de la talla directa que utilizaron nuestros «pasionarios» del siglo XVII, con lo que consigue análogos efectos, si bien por su parte ha renunciado a la policromía para que se pueda valorar la materia en toda su autenticidad;..»

Su vida profesional está enmarcada en dos etapas, la primera, y por comenzar a trabajar a muy temprana edad y de manera autodidacta, estuvo dedicada a realizar las obras encargas por los comercios de arte religioso de Madrid como: Arte Español, La Fortuna, Santarrufina, Flandes, etc. Obras que él no podía firmar, pero claro está, en ellas dejaba su buen oficio. Lo que le sirvió para ir haciendo un estilo propio, reconocido en el Obispado de Ciudad Real, y de esta manera comenzar su segunda etapa de escultor con un cierto prestigio y no tener que depender de los comercios. Sus trabajos abarcan todos los aspectos religiosos, desde la talla al relieve, presentándolos sin policromar, pasando por los retablos en piedra o maderas nobles y las carrozas o tronos; sin olvidar otras facetas como esculturas figurativas, obras conmemorativas o monumentales; trabajando además con materiales como el marfil, el bronce o el mármol.

Entre sus obras pasionales cabe resaltar: «La Santa Cena» de Ciudad Real, obra colosal por el tamaño de sus figuras, superiores a los dos metros. Quedando plasmadas otras escenas de la pasión en obras como: «Jesús y las Santas Mujeres», «Jesús Caído», grupo escultórico con seis figuras, «La Oración en el Huerto», «La Piedad», «El Crucificado», «La Flagelación», «Virgen Dolorosa», «Jesús Nazareno», «Resucitado», «Beso de Judas», «Ntra. Sra. de las Angustias», etc.

ARCHICOFRADIA NUESTRO PADRE JESUS DE MEDINACELI DE HELLIN