Buenos días……..
Permítanme, antes de iniciar nuestra exposición, transmitir un cordial y afectuoso saludo a las personas que integran el Consejo de Patrimonio……
Dicho lo anterior, la defensa de nuestro proyecto podría resumirse en 19 epígrafes que, evidentemente y por falta de tiempo, me será imposible poder desarrollarlos.
En todo caso, permítanme poner en valor, uno a uno, los encabezamientos de los epígrafes a los que me refería:
– EL VALOR SAGRADO DEL SONIDO DEL TAMBOR EN EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD.
– SIGLOS DE HISTORIA DEL TAMBOR EN HELLÍN.
– EL CARÁCTER DE REBELIÓN DE LA TAMBORADA HELLINERA.
– LA DUALIDAD DEL TAMBOR SAGRADO Y PROFANO.
– LA MAYOR CONCENTRACIÓN, EN HELLÍN, DE TAMBORES DEL MUNDO.
– LA SUPERACIÓN DE LAS LIMITACIONES HUMANAS.
– EL ESPÍRITU DE FRATERNIDAD: “TODOS SOMOS UNO”.
– UN LEGADO DE LA TRADICIÓN CON MÚLTIPLES VENTANAS Y EN LA CALLE
– VÍNCULO, DESDE LA CUNA HASTA LA TUMBA, DEL TAMBOR AL HELLINERO TAMBORILERO.
– TOQUES DIVERSOS QUE SE HEREDAN DE PADRES A HIJOS.
– IMPORTANTES OBRAS DE MAESTROS ARTESANOS.
– TODAVÍA DE UTILIZAN TAMBORES ELABORADOS A PRINCIPIOS DEL SIGLO PASADO.
– ES CASI IMPOSIBLE, ENTRE 20.000 TAMBORILEROS, ENCONTRAR DOS TAMBORES IGUALES.
– LAS TAMBORADAS, COMO UN PROCESO DE DINAMIZACIÓN SOCIAL.
– LA INFLUENCIA DEL TAMBOR, A LO LARGO DE LA HISTORIA, EN NUESTRA CULTURA.
– LA GASTRONOMÍA MÁS ANTIGUA ASOCIADA AL TAMBOR.
– LAS JORNADAS NACIONALES DE EXALTACIÓN AL TAMBOR.
– LAS TAMBORADAS DE HELLÍN, DECLARADAS FIESTAS DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL E INTERNACIONAL.
– UN FUTURO GARANTIZADO. EL ATRACTIVO DE UN RITO QUE SE PRESERVA Y SE REVITALIZA CADA AÑO CON EL TALANTE PROPIO DE ESTA TIERRA: LA HOSPITALIDAD.
-EL VALOR SAGRADO DEL SONIDO DEL TAMBOR EN EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD.
Los sonidos provocados por la percusión de un tambor se han considerado sagrados desde épocas remotas. La presencia de los musulmanes en la península ibérica hizo posible que este instrumento, que llevaban consigo en las batallas, fuera adoptado posteriormente por el cristianismo, pasando a formar parte de las procesiones de Hellín, de las que con el tiempo surgiría la tradición tamborilera tal como la conocemos en esta ciudad.
SIGLOS DE HISTORIA DEL TAMBOR EN HELLÍN
Ya desde un punto de vista histórico, el cronista Emiliano Martínez se refería a la procesión de Jueves Santo, la de los Azotes, que se remontaba al año 1750 y de la que formaban parte los tambores:
“La procesión era organizada por la Cofradía de su nombre, la cual estaba establecida en la Ermita de San Sebastián, Ermita ésta que estaba situada al final de la calle del Arrabal, siendo demolida en el año 1823, por encontrarse en estado ruinoso, y por esta causa el paso de los Azotes fue trasladado a la Ermita de Nuestra Señora del Rosario.
Al establecerse esta nueva procesión formaron una sección de tambores que marchaban a la cabeza de la misma con tanta aceptación por parte del pueblo, que fué aumentando el número de ellos, y a los pocos años ya eran multitud, como ha llegado hasta nuestros días”.
EL CARÁCTER DE REBELIÓN DE LA TAMBORADA HELLINERA
A finales de siglo XIX los tamborileros que participaban en las procesiones comenzaron a tocar fuera de éstas, lo que provocó el malestar de los gobernantes y religiosos de la época. Los tamborileros que formaban parte de un rito de penitencia anhelaban la libertad de las calles para que sus tambores fueran lo que son ahora: la expresión sublime de un redoble ensordecedor, una tradición que produce un gran impacto a quien la descubre por primera vez…
LA DUALIDAD DEL TAMBOR SAGRADO Y PROFANO
No puede considerarse a la Tamborada como una celebración religiosa, pues su carácter profano es indiscutible en cuanto a fiesta lúdica se refiere. Sin embargo, procesiones y tamboradas, siendo manifestaciones diferentes, se solapan en el tiempo, se fusionan en el sonido y la imagen que muestran conjuntamente. De ahí la belleza del conjunto.
LA MAYOR CONCENTRACIÓN DE TAMBORES DEL MUNDO
En Hellín, conocida a nivel nacional como “Ciudad del Tambor”, redoblan a lo largo de las distintas tamboradas veinte mil tamborileros, la mayor concentración de tambores del mundo. En ningún lugar del planeta se dan cita tantos tambores, lo que concede a esta ciudad un valor representativo único en el conjunto de las tradiciones de la Humanidad.
LA SUPERACIÓN DE LAS LIMITACIONES HUMANAS
A pesar del inmenso esfuerzo que supone tocar el tambor, durante horas y horas, día y noche, el tamborilero se complace en soportar el dolor, el agotamiento y el sueño, ofreciendo un espectáculo indescriptible de esfuerzo, voluntad y conexión con sus raíces ancestrales.
SE MANIFIESTA UN ESPÍRITU DE FRATERNIDAD, EL DEL “TODOS SOMOS UNO”
A pesar de que la esencia de las distintas tamboradas se fundamenta indiscutiblemente en la participación colectiva de miles de hellineros, los valores humanos del tamborilero hacen posible que cada uno de ellos se sienta hermanado con todos los demás. Esto se observa continuamente en la convivencia y el ambiente de unión que se respira por todas partes.
EL ESPÍRITU DE FRATERNIDAD: “TODOS SOMOS UNO”.
La existencia de cientos de peñas tamborileras, con sus correspondientes sedes, donde se guardan piezas de destacado valor etnográfico, hace que el visitante se encuentre con una sorprendente exposición al aire libre, repartida por las bellas calles de su conjunto histórico-artístico.
UN LEGADO DE LA TRADICIÓN CON MÚLTIPLES VENTANAS Y EN LA CALLE
Para el hellinero su tambor es algo más que un objeto. La relación que existe entre el tamborilero y su tambor se basa en la nostalgia, en la añoranza. Nada más nacer, al niño se le regala túnica, pañuelo, palillos y tambor, para participar, aunque ni siquiera se tenga todavía en pie, en su primera tamborada. Así se perpetúa la tradición.
LOS TOQUES SON DIVERSOS Y SE HEREDAN DE PADRES A HIJOS
Los toques típicos tienen identidad propia y reciben nombres sugerentes, que se adaptan al sonsonete de su particular ritmo. Aunque hay múltiples variaciones, encadenándose unos con otros con extraordinaria habilidad y rapidez, los más habituales son los siguientes: “Racataplán”, “Que me la han ‘tentao’ ”, “Ha dicho mi madre que me dé usted un pan”, “Como Rambla”.
IMPORTANTES OBRAS DE MAESTROS ARTESANOS
En Hellín existe una rica artesanía, de auténticas joyas con forma de tambor que pueden verse en la calle durante las tamboradas.
TODAVÍA SE UTILIZAN TAMBORES ELABORADOS A MEDIADOS DEL SIGLO PASADO
Con las latas de queso del Plan Marshall que Estados Unidos envió a España se hicieron a mediados del siglo pasado algunas de las antiguas cajas de resonancia, unidas a un rústico tornillaje, bordones de tripa y pieles de cabrito, que se hacían sonar con palillos de madera de carrasca. Así, de forma tan precaria y con tanta imaginación como pocos recursos, fue surgiendo la artesanía del tambor. Cada uno se hacía su tambor como podía, con una lata de queso o de sardinas. Todavía se tocan hoy en día estos viejos tambores, como ejemplo de una tradición con múltiples facetas que se mantiene viva.
ES CASI IMPOSIBLE ENCONTRAR DOS TAMBORES IGUALES
Es casi imposible encontrar dos tambores iguales debido a la creatividad de los hellineros, por lo que adentrarse en la riada de miles de tamborileros es un espectáculo asombroso, donde el arte se funde con el sonido estremecedor y todo ello en unas calles impregnadas por la historia.
TODO UN PROCESO DE DINAMIZACIÓN SOCIAL
El fenómeno tamborilero es tan importante en Hellín que se refleja de múltiples formas y con tanto vigor que bien se puede decir que es sin duda la fiesta o celebración más importante de la ciudad. Impregna de tal modo la conciencia colectiva de los hellineros que pueden verse incontables reflejos de esta tradición en vehículos, escaparates, empresas, artesanía popular, libros, revistas, especiales de Semana Santa, cartelería, pegatinas, camisetas, adornos, monumentos y así una lista interminable de los más diversos aspectos de lo que sin duda es todo un fenómeno sociológico.
El TAMBOR HA INFLUIDO A LO LARGO DE LA HISTORIA EN LOS MÁS DIVERSOS ASPECTOS DE LA CULTURA
En ámbitos tan diversos de la cultura como la literatura, la pintura o la escultura, los artistas hellineros se han inspirado en la Tamborada para crear obras de arte. La producción a lo largo de los años es inmensa, y supone una prueba más de hasta qué punto el tambor influye socialmente, pues alrededor de este instrumento giran muchos aspectos de la sociedad, y específicamente de la cultura, como expresión de un arquetipo de la esencia de los tamborileros.
HAY UNA IMPORTANTE GASTRONOMÍA ASOCIADA A LA TAMBORADA, COMO RESULTADO DE LA RICA TRADICIÓN DE LAS COCINAS DE ANTAÑO
Los típicos caramelos son todo un símbolo, una expresión de cordialidad, un regalo jugoso y dulce. Hay una variada gastronomía hellinera, y específicamente de Semana Santa, entre la que habría que destacar las típicas empanadas, que no pueden faltar en las sedes de las peñas y en momentos muy especiales, como por ejemplo la subida al Calvario. Pero también está el típico postre de los panecicos dulces, o el mojete de la noche de Jueves Santo (de Jueves a Viernes Santo), del que disfrutan los tamborileros en esta madrugada, que es más allá de un alimento frugal, todo un rito de convivencia y compañerismo, una oportunidad única para compartir las múltiples anécdotas de la noche.
JORNADAS NACIONALES DE EXALTACIÓN DEL TAMBOR Y EL BOMBO
Un gran evento a nivel nacional, en el que siempre participa una representación de los tamborileros de Hellín, es el de las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo, que fueron creadas en esta ciudad por la Asociación de Cofradías y Hermandades (en un principio se denominaron Jornadas Nacionales de Exaltación al Tambor, incluyéndose posteriormente el Bombo, muy representativo de las localidades del Bajo Aragón). Las primeras se celebraron en Hellín, del 14 al 16 de marzo de 1986. A partir de entonces se han desarrollado con todo éxito en distintos lugares de España, con la intervención de una veintena de pueblos tamborileros, destacando las que han tenido lugar en Hellín: X Jornadas en Hellín, del 25 al 26 de marzo de 1995; XIX Jornadas en la pedanía de Agramón, del 19 al 21 de marzo de 2004; XXV Jornadas en Hellín, del 12 al 14 de marzo de 2010.
DECLARACIÓN DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL E INTERNACIONAL
La fama de la Tamborada de Hellín se ha extendido por la geografía española y resto de países del mundo gracias a incontables actividades realizadas en los más grandes eventos. Esto ha hecho posible que la Tamborada de Hellín (textualmente “Semana Santa (Tamborada)”) recibiera la declaración de Interés Turístico Nacional, en resolución del 19 de diciembre de 1984, de la Secretaría General de Turismo del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, tal como se reflejó en el Boletín Oficial del Estado del 3 de enero de 1985. Posteriormente, el Boletín Oficial del Estado anunció públicamente, el 2 de abril de 2007, la resolución del 14 de marzo de 2007 de la Secretaría General de Turismo, Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, por la cual se concedía el título de “Fiesta de Interés Turístico Internacional” a la Semana Santa (Tamborada) de Hellín (Albacete).
UN FUTURO GARANTIZADO. EL ATRACTIVO DE UN RITO QUE SE PRESERVA Y SE REVITALIZA CADA AÑO CON EL TALANTE PROPIO DE ESTA TIERRA: LA HOSPITALIDAD
El apoyo institucional a la Tamborada, por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, presidida por Don José María Barreda, la inauguración del futuro Museo de Semana Santa y Tamborada, la edición anual de la revista “Tambor”, con unas 300 páginas a todo color, los encuentros que tienen lugar cada año de las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo y las incontables actividades de la Asociación de Peñas de Tamborileros, son algunos ejemplos que fundamentan la solidez de la tradición tamborilera de Hellín, con continuas campañas de promoción a nivel nacional e internacional. Todo esto confirma su vitalidad, que se fundamenta especialmente en la hospitalidad de los hellineros, con su capacidad de recibir con los brazos abiertos a todos aquellos que nos visitan.
Expongo, pues, el proyecto de Hellín, una Ciudad que tiene un nombre sonoro, que es como un animado toque de clarín acompañado por el redoble de un Tambor, y ello porque es un Pueblo alegre y dinámico que sabe disfrutar, al tiempo que cuidar, de sus tradiciones y cultura.
Hellín, en cada Semana Santa y desde hace ya seis Siglos, se convierte en un deslumbrante concierto de redobles tamborileros.
Nuestra Ciudad, se transforma, año tras año, en un mapa mundial de sonidos inigualables que responden al intenso y especial estado de ánimo de entusiasmo imperecedero que adorna la representación más genuina de los hellineros y hellineras, como es su Tamborada.
Juntos, como si todos fuéramos uno, hemos conseguido aportar nuestras Tamboradas al universal conocimiento y, especialmente, reunir el sentir individual y colectivo de los habitantes de un pueblo por cuyas venas corre sangre impregnada de palillos y de parche.
Está absolutamente probado que sin la combatividad, el entusiasmo y la perseverancia empleadas por los Tamborileros de ayer, de hoy y de siempre, arropando y envolviendo a nuestras multitudinarias Tamboradas, el galardón de Interés Turístico Internacional, que hoy enorgullece y ensancha nuestro municipio, jamás hubiese sido posible.
Pero el tambor de Hellín, que es fruto de la continuidad pertinaz del amor de los hellineros y hellineras por nuestras más arraigadas e insólitas tradiciones, se ha convertido ya en un símbolo que no solo empapa de entusiasmo a nuestra gente, la gente hellinera, sino que por su originalidad, belleza, fácil y atractiva participación, se ha extendido primero por el resto de la geografía española, y ahora prosigue su universal andadura por otros países del mundo.
Permítame afirmar, que el sonido del tambor es el mejor mensajero que Hellín puede aportar para la construcción de un mundo sin fronteras, de un mundo de convivencia y de paz, de un mundo en el que sobren las exclusiones, y se gane el entendimiento y la amistad entre los pueblos.
El apoyo institucional a nuestra Tamborada, por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y del Gobierno de España; los Siglos de historia del tambor y de las tamboradas en Hellín, transmitidas de generación en generación; la participación de más de 20.000 tamborileros en nuestra Tamborada, que la constituyen como la mayor concentración de tambores del mundo; el espíritu de fraternidad, el del “todos somos uno”, que transmite un claro sentimiento de identidad; nuestro museo de Semana Santa y Tamborada; la edición anual, desde tiempo inmemorial, de la revista Tambor; los encuentros que tienen lugar cada año en las Jornadas Nacionales de Exaltación al Tambor…. son algunos ejemplos que fundamentan la solidez de la tradición tamborilera de Hellín.
Nuestra Tamborada, sin lugar a dudas, se constituye en una expresión viva y en una tradición heredada de nuestros antepasados, fielmente transmitida a nuestros descendientes, que, bajo nuestro punto de vista, merece ser protegida, porque, de esta manera, contribuiríamos al mantenimiento de la diversidad cultural frente al creciente proceso de globalización.
Permítanme concluir mi breve exposición, pidiéndoles el apoyo a nuestra candidatura, y haciéndolo extensivo a todas las Comunidades Autónomas, pero, especialmente, a Andalucía, Aragón, Euskadi, Murcia y Valencia, que, como nosotros, también poseen tradición y cultura tamborilera.
A estas cinco Comunidades Autónomas, no sólo que les pido su apoyo para nuestra candidatura, sino que, además, les animo a que, por sus tradiciones tamborileras, se sumen a la por nosotros presentada.
Buenos días y muchas gracias