Este sábado, día 19 de enero, se realizó la segunda ruta de la sexta edición de las rutas de senderismo de la provincia, que organiza la Diputación Provincial de Albacete, para promocionar tanto el turismo, como el deporte y la cultura que ofrecen nuestros pueblos.
Tras el éxito de la anterior en Alpera, Higueruela les mostraba, cómo les tiene acostumbrados, otra ruta distinta de anteriores ediciones, eso sí, con un denominador común, los Molinos de Viento.
La ruta denominada “Tierra de Pucheros”, ya que Higueruela fue conocida como la tierra de los pucheros por la industria alfarera que hubo en el municipio hasta finales del siglo pasado. Se trataba de una ruta circular, de 15 kilómetros de distancia, una dificultad media y una duración aproximada de cinco horas.
Comenzaba la ruta a las 9.00 horas, desde el parque Municipal de Higueruela y tras el saludo del alcalde, Óscar Tomás Martínez, y de los que serían sus guías de la Asociación senderista de Higueruela «Sendas del Mojinete», con bastante frío, empezaron subiendo hacia el antiguo barrio conocido como de las alfarerías, donde antiguamente se encontraban estas y trabajaban el barro unas cuantas familias, aunque a día de hoy no quede ninguna, ni familia ni alfarerías, si algunas de las piezas conseguidas entonces y que se muestran en el exterior de algunas de las viviendas.
Al estar en el barrio más alto del pueblo se pudieron contemplar parte del municipio, aunque una leve niebla les impidió verlo en su totalidad. Se dirigieron, pasando de nuevo por alguna de las calles, hasta el cerro de los Pinos, desde donde aquí sí se podía contemplar una gran panorámica de todo el núcleo urbano, ya que es de las partes más altas del municipio. Aquí el aire empezó a apretar y el frío se hacía notar todavía más, adentrándose entre la niebla, no muy espesa, hacia el norte del término municipal, entre molinos de viento o aerogeneradores, tomaron el camino de la “Ruta de lo Cucos” con varios de estos -construcciones en piedra seca típicas de la zona que servían como refugio para pastores y agricultores de la zona-.
Así, llegaron al primero de ellos, cuco “Los Altos I” se encuentra a unos 1.075 metros de altitud, de propiedad municipal y que se encuentra en perfecto estado, luego por un camino hasta llegar al segundo de los cucos “Los Altos II”, mayor que el anterior, ya que consta de dos habitáculos unidos entre sí pero no se comunican por el interior, también de propiedad municipal y situado a 1,080 metros de altitud, ambos fueron rehabilitados a finales del 2008.
Aunque la niebla persistía, continuaron avanzando entre encinares y cogiendo altura poco a poco, hasta subir a otro parque eólico donde ya apareció el sol y el viento prácticamente desapareció, aunque no del todo, porque aquí nunca lo hace, por el bien de la energía.
Atravesaron este parque, con unas fantásticas vistas, debido a la altura en la que se encontraban, y así continuaron hasta bajar a una hondonada donde encontraron el “Pocico de la Hoz”, donde pudieron observar los restos de una infraestructura hidráulica de los años 50, donde pretendían almacenar agua en una balsa para así poder abastecer al ganado que pastoreaban por la zona.
Apenas hacía aire y el sol empezaba a calentar, cosa que aprovecharon para almorzar. Después comenzaron una pequeña subida, pegados a una valla que delimita el campo de maniobras militar.
Ya de regreso visitaron la impresionante Cueva Horadada, refugio de pastores y ganado de grandes dimensiones, aunque desde el exterior no da esa impresión. Ya desde aquí la ruta continuaría por caminos y sendas en dirección al paraje conocido como Hoya Hermosa, tierra de fuertes contrastes plagada de numerosas encinas, especie autóctona de la zona, para con un sol radiante llegar de nuevo al municipio. Una vez allí visitaron la Iglesia Parroquial de Santa Quiteria, de estilo neoclásico, obra iniciada en 1799 y terminada cuatro años más tarde. Construida en la ladera de la montaña sobre las ruinas de otra anterior. Alberga una escultura gótico-renacentista de la patrona Santa Quiteria y otra de San Antonio de Padua, de Roque López, de 1791, también pudieron contemplar la Ermita de Santa Bárbara.
Tras la comida, visitaron las Bodegas Cano, junto a una bodega antigua, que la están restaurando, el Ayuntamiento regaló una botella de vino a cada participante.
Satisfactoria ruta como siempre en Higueruela, que hizo disfrutar a los cincuenta participantes de esta actividad, y que tanto éxito ha tenido en anteriores ediciones, organizado por la Diputación Provincial de Albacete.
La siguiente cita será el próximo domingo, día 27 de enero, en Munera, denominada “Ruta del Encinar Mediterráneo, circular, de dificultad baja y 18,6 kilómetros de distancia.