Este domingo, día 26 de enero, tuvo lugar la tercera de las pruebas de esta séptima edición de las rutas de senderismo que ha vuelto a organizar la Diputación Provincial de Albacete, con 42 citas programadas, para promocionar tanto el turismo, como el deporte y la cultura de nuestros pueblos. Los participantes visitaron Munera, perteneciente a la comarca de Campos de Montiel, un quijotesco pueblo que no defraudo.
La prueba, denominaba “Ruta por las Zorizas, el Rubial y el Santo”, tenía una dificultad técnica baja, un recorrido circular, 14 kilómetros de distancia y unas cinco horas de duración.
En esta ruta, los participantes recorrieron un paisaje típico de los campos de Munera, que consiste en una orografía ondulada tapizada por un rico mosaico de multitud de cultivos y vegetación natural. Así pudieron ver cómo se integran en el paisaje campos de cereal, viñedos y olivares centenarios, con áreas de nuestro monte mediterráneo, compuesto de encinas, quejigos, sabinas y el matorral que lo acompaña.
Comenzaba el día cubierto y con algo de lluvia. Tras el café y el recibimiento de Desiderio Martínez, alcalde del municipio, frente a uno de los varios murales que hay con distintas representaciones por el pueblo, arrancaron dirección al castillo, una fortaleza medieval situada en las inmediaciones de la población, sobre un pequeño cerro. En su origen fue un yacimiento de la Edad de Bronce perteneciente a la Cultura de Motillas.
En la actualidad, el castillo de Munera cuenta con la condición de Bien de Interés Cultural y está siendo excavado, pudiéndose observar, tras diversas campañas, la Torre del Homenaje, el muro Barbacana o el Paseo de Ronda de la etapa medieval y el Foso, silos y diversos morteros de la Edad de Bronce.
Cruzaron por debajo de la carretera N-430 para entrar en la vega del Ojuelo y llegar a un antiguo Molino hidráulico, el del Concejo, prácticamente hundido. Remontando el río Ojuelo y con lluvia intermitente llegaron hasta la finca de “El Santo”, antigua central hidroeléctrica y a día de hoy habilitada como vivienda, aquí y por cortesía del ayuntamiento de Munera pudieron degustar unas ricas gachas con panceta, guarrilla, queso y embutido del municipio, regado con su sabroso vino.
Continuando por la vega del Ojuelo, llegaron hasta el nacimiento de dicho río. Los pies cada vez pesaban más debido al barro que se iba acumulando en las botas. Pasaron por el paraje de “La Olma”, donde yacen los restos de un gran olmo centenario. Desde aquí abandonaron la vega del Ojuelo para cruzar a la del Quintanar, pasando por “Las Zorizas” ultima aldea de Munera que tuvo población. Había algunas zonas con restos de nieve caídos la semana pasada. Recorrieron la vega y el río del Quintanar y pasaron junto a la Morra con el mismo nombre, yacimiento arqueológico importante de la Edad de Bronce.
Ya la lluvia se hacía contínua, aunque ya se avistaba el pueblo y aceleraron, también pasaron por la ermita de San Telmo antes de volver a cruzar por debajo de la N-430 y llegar de nuevo al Castillo donde comenzaron.
La impronta de Cervantes en esta villa está estrechamente unida a los capítulos XIX, XX y XXI de la segunda parte de su universal obra: los capítulos del pastor enamorado más conocidos como Las Bodas de Camacho. En el pasaje, Don Quijote y Sancho Panza son testigos de una boda peculiar, donde el amor vence al interés de la mano de sus protagonistas: Basilio el pobre, Camacho el Rico y la Bella Quiteria.Por ello y tras la comida, en el restaurante y dirigidos por las guías de la Asociación Cultural y de Turismo «TURIMAN», vestidos con trajes de la época y como actores parte de los senderistas, hicieron una pequeña y divertida representación de las bodas de Camacho.
Bonita y tranquila ruta, que hacía disfrutar a los 50 participantes de esta actividad, de las maravillas de entornos naturales que esconden nuestros municipios, gracias a la iniciativa de la Diputación Provincial de Albacete.
La próxima cita será el sábado, 1 de febrero en Corral Rubio, denominada “Lagunas de los Baños de San José”, circular, de 13,4 kilómetros de distancia, de una dificultad media, una duración aproximada de 3,30 horas y con salida a las 09:00 horas, desde la Ermita de San Isidro en Finca Aguaza de Corral Rubio.